Desde el 1º de noviembre de 1854 se hizo sentir la acción civilizadora de la primera escuela.
Ese día se hizo cargo de la misma el preceptor Genaro Olmedo, designado por la Junta Económico Administrativa de Salto.
Un año después, precisamente el 15 de noviembre de 1855, renunciaba a su cargo al no haber cobrado nada más que un mes de sueldo hasta ese día.
La Junta deploró su retiro por el hecho de "quedar como cincuenta niños privados de la escuela Primaria, porque era difícil en esta distancia encontrar otro sujeto" que pudiera reemplazar a Olmedo, quien posteriormente regenteó en el pueblo un colegio particular que funcionó hasta mediados de noviembre de 1856.
Ese año fue designado preceptor interino José Elorduy.
Desempeñó sus funciones desde el 16 de noviembre, extendiéndose hasta el 26 de diciembre de 1857, fecha en que se aceptó su renuncia."
Seguidamente, en enero de 1858 lo subrogó Aureliano Marsh, que ejerció su actividad docente hasta el 20 de enero de 1860 y en abril 9 de este año fue nombrado para sustituirle Teófilo Vaqueiro y en setiembre 10 Eugenio Enrique Barun, que volcó sus conocimientos sobre sus alumnos durante breve lapso.
El 6 de abril de 1861 fue designado preceptor de la escuela pública de varones del pueblo Cuareim, Francisco Guimaraens.
El 2 de mayo de 1860 fue nombrada primera preceptora de la Escuela Pública de Niñas, Irene lambí de Arranz, que ejerció el cargo hasta noviembre de 1862 en que renunció."
La sustituyó interinamente Belarmina C. De Maniles y desde el 1º e enero de l863 Micaela Aldaco de Ocon. Posteriormente, a partir de marzo de 1865, fue preceptora Teodolina Guimaraens.
El 31 de agosto de ese año, las niñas asistentes a su escuela fueron las siguientes:
Celmira Torrens, Carlota Torrens, Gabina Ipar, Petrona Mailhe, Isabel Torrens, María Martínez, Fausta Montero y Eloísa López.
Ese mismo día asistieron a la escuela de varones de San Eugenio, a cargo de Francisco Guimaraens, los siguientes alumnos:
Juan Mailhe, Pablo Domínguez, Bartolo Ipar, Hipólito Ipar, Bautista Aristegui, Laureano Torrens, Santiago Montes, Camilo Almeida, Fermino de los Santos, Didimo López, Torcuato López, Martiniano López y Rufino Oroño.
En junio 30 de 1867 la escuela pública de niñas tenía ya una inscripción de treinta y cinco alumnas.
También treinta y cinco la de varones. Las edades de los niños oscilaban entre 5 y 16 años. Ocho eran brasileños.
La mayor parte tenía en el primer trimestre del año más de 15 faltas. Las edades de las niñas fluctuaban entre 5 y 14 años. Nueve de ellas eran brasileñas.
En el mismo lapso también fueron frecuentes sus faltas de asistencia.
Diecisiete padres de hijos que se educaban en las escuelas públicas de San Eugenio, contribuían con donativos para su mayor adelanto."
El 18 de febrero de 1870 renunció la preceptora Teodolina Guimaraens, por motivo de ausentarse del pueblo.
Fue subrogada por Patricia Ruiz. Por el mismo motivo, ese día también presentó renuncia el preceptor de niños Francisco Guimaraens. Fue sustituido en el cargo por José Lapetra.
La casa que ocuparon las escuelas públicas de San Eugenio, desde el año 1863 hasta 1870, era de propiedad de Domingo Fernández.
Constaba de dos cuerpos de casa, dividido cada uno como para ser ocupados por las dos escuelas con absoluta independencia.
Una de las casas constaba de 18 varas de extensión por 6 de ancho y 5 de alto al pretil o moldura superior.
Estaba construida de material y cubierta de teja. Sus puertas y ventanas eran de cedro. Tenía vidrieras y una vereda de piedra losa de 2 varas de ancho.
La otra casa, también de material, tenía 20 varas de largo por 5 de ancho.
Dicha propiedad estaba edificada en un terrero de 2.500 varas cuadradas y a media cuadra de la plaza principal.
El terreno estaba plantado con árboles frutales, especialmente naranjos y durazneros.
El primer inspector de escuelas del departamento de Artigas, fue Julio Piquet, quien el 30 de octubre de 1884, siguiendo lo dispuesto por la Dirección General de Instrucción Pública, la Comisión Departamental puso en sus manos los inventarios de los "muebles y enseres" de las escuelas de San Eugenio, notificándole que los edificios que ocupaban eran de propiedad del Estado.
Fuente:
Artigas. De los aborígenes cazadores al tiempo presente - Aníbal Barrios Pintos